¿El plástico es el enemigo? La clave: economía circular

Manuela tiene 12 años, el mes pasado recibió una charla en su colegio sobre la sostenibilidad y el medio ambiente, la dejó muy preocupada “Mamá, Papá, ¡nos estamos cargando el planeta!”

Manuela a su edad ya consulta las redes sociales y accede a mucha información relacionada con el tema. Una de las informaciones que recibe constantemente, es que el plástico es malo y que está destrozando los océanos y a las especies que habitan en ellos. Sigue, como muchos de su generación, a la activista Greta Thunberg.

Imagen Campaña Estrella Damm 2019

En casa no quiere que sus padres compren productos que lleven plástico, sus padres comprenden el impacto que este tipo de información provoca en los más jóvenes, ellos también son personas concienciadas y reciclan. Les gusta ver que su hija se implica en algo tan importante para el planeta y están seguros de que esta generación va a ser la que va a cambiar de verdad la forma de consumo. Pero no es tan fácil dejar de consumir plástico. Lo han intentado, por su hija y también por el planeta, pero se encuentran con un sinfín de complicaciones. Muchos productos de alimentación van envasados en plástico, en otros, como los champús y detergentes, el plástico forma parte del propio producto como contenedor. Si van a tiendas especializadas, el precio es muy elevado, pero ese no es el único problema, incluso en estos establecimientos algunos productos llevan plástico y en caso de no llevarlo, el sistema de almacenaje y transporte es dificultoso.

 

¿Pero es el plástico el enemigo? o ¿el problema es cómo tratamos este plástico una vez lo hemos usado?

El plástico como material, tiene beneficios para la conservación de productos y también para su propia composición. El problema ha sido el abuso del plástico en los últimos 30 años. Se ha convertido en el “material para todo”.

Ahora la industria del plástico está sufriendo las consecuencias de su producción excesiva. Las firmas españolas del sector temen el impacto de la normativa de la UE sobre la prohibición de plásticos de un solo uso en 2021.

En España hay más de 4.000 empresas, que generan más de 120.000 empleos y tiene un volumen de negocio de 30.000 millones de euros según datos de la Asociación Española de Industriales de Plásticos (Anaip), información extraída de Cinco Días.

 

La clave: la economía circular

Los padres de Manuela se han informado, el plástico es difícil que deje de existir, lo que debemos hacer es no abusar de él, aunque en este caso la responsabilidad es de los fabricantes y de los grandes distribuidores.

Lo que pueden y deben hacer los consumidores es reciclar el plástico y otros materiales para que pueda reincorporarse en la cadena de producción y priorizar la compra de productos elaborados mediante materiales reciclados.

Las grandes corporaciones, tímidamente están incorporando esta filosofía. Mientras tanto nacen pequeñas marcas con una vocación claramente sostenible y a la vez con una fuerte implicación en la labor de educar al consumidor.

Un ejemplo interesante es Bubble Buddy de Foekje Fleur, una marca de jabones y jaboneras, 100% recicladas. Además de los materiales, que provienen de usos anteriores, y por lo tanto promueven la economía circular, en sus packagins aportan un información de gran utilidad. Dan consejos para utilizar el jabón en pastilla en todas sus posibilidades, más allá de lavarse las manos o el cuerpo, se puede utilizar incluso para lavar la ropa. Tal como nos explican en su envoltorio, utilizando pastillas de jabón evitamos el uso de plástico en jabones, geles y detergentes líquidos.

Jabonera Bubble Buddy

Packaging Bubble Buddy

Está claro que algo está cambiando, ahora lo importante es enfocar bien la información y repartir los roles adecuadamente entre administraciones públicas, empresas y ciudadanos.

¡No tenemos la menor duda que las generaciones que llegan lo hacen con fuerza y convicciones reales!

Escrito por Mel Solé, Paz Carreira