La plataforma Aladdin de BlackRock lleva más de tres décadas liderando el mercado de Gestión de Activos, manteniendo la relevancia y orientación que confieren el valor de la plataforma. Y es que BlackRock siempre ha apostado por este tipo de unidad de negocio basado en plataformas, pues como explica Aitor Jauregui, Country Head de BlackRock para Iberia: “desde sus comienzos, el negocio de la gestión de activos era, en muchos aspectos, un ejercicio de tratamiento de información y de ejecutarlo correctamente, sin embargo, a partir de una determinada escala, se hace necesaria la tecnología. Y desde el momento en que BlackRock echó a andar, nuestra plataforma Aladdin ha sido fundamental para esta propuesta”.
Aitor Jauregui describe Aladdin (el acrónimo de Asset, Liability, Debt and Derivative Investment Network; por sus siglas en inglés) como una plataforma integral de negociación y gestión de inversiones. No obstante, en la práctica es mucho más que eso. Aladdin combina un sofisticado análisis de riesgos con una gestión integral de carteras, herramientas de negociación y operaciones en una única plataforma unificada. La usan miles de profesionales de la inversión en todo el mundo y representa un destacado porcentaje en el ecosistema financiero internacional.
Los gestores de inversiones de BlackRock utilizan la plataforma para impulsar sus inversiones diarias. En paralelo, la compañía también ofrece la plataforma a sus clientes permitiéndoles así aprovechar la tecnología y capital intelectual, poniéndolo a disposición de los empleados de la propia compañía. Se trata de una plataforma fundamental de negocio que, a su vez, ofrece una oferta de servicios externalizados.
Ir por delante de las tendencias de los clientes
Con el objetivo de mantener el liderazgo de la plataforma de BlackRock en el mercado, la gestora internacional trabaja para conservar su relevancia entre los clientes y usuarios. Y esto implica identificar y mantenerse por delante de las tendencias emergentes de los clientes y mercados. El cambio climático y la sostenibilidad probablemente se encuentren entre las tendencias más relevantes.
“Todos los clientes nos hablan de sostenibilidad, pues está pasando a ser un componente fundamental en todas las carteras. Y cada parte de nuestro ecosistema está abierto a una mayor capilaridad y mejores capacidades en este sentido”, apunta Aitor Jauregui.
Buena muestra de ello es la Carta a los consejeros delegados de Larry Fink, publicada al inicio de 2020, que catapultó a su firma en la agenda del cambio climático. En la Carta a clientes que la acompañaba, BlackRock reflejaba su visión de convertir la sostenibilidad en el nuevo estándar de inversión para la firma. Así, la sostenibilidad desempeñaría un papel más destacado en los procesos de inversión activa y se tendría más en cuenta el riesgo ESG en las estrategias activas. De este modo, se facilitarían datos transparentes de sostenibilidad para una amplia gama de productos y, por su parte, Aladdin desempeñaría un papel clave a la hora de posibilitar esta visión.
A partir de ese momento, BlackRock ya era líder en la cuantificación y presentación de información sobre los riesgos de sostenibilidad en sus inversiones. Las puntuaciones ESG y las mediciones de la huella de carbono ya estaban disponibles para la gama de fondos de iShares. Y la herramienta Carbon Beta de la compañía permitía a los gestores realizar pruebas de solvencia en las carteras respecto a diversas hipótesis de precios de carbono. Desde la publicación de esta Carta a los consejeros delegados de Larry Fink, se ha hecho más hincapié en incorporar la sostenibilidad en todas las facetas de Aladdin.
“Nos comprometemos a brindar a los clientes de Aladdin las capacidades que necesitan para incorporar el riesgo climático, el riesgo de transición y el análisis de los riesgos de sostenibilidad a sus procesos de inversión, explica Aitor, “y estamos ampliando continuamente nuestras capacidades y nuestro ecosistema para lograrlo”.
Desde el inicio de 2020, Aladdin ha incorporado casi 30 puntuaciones de índices de sostenibilidad de alto perfil a partir de proveedores de datos destacados. A su vez, ha integrado nuevos campos de datos ESG de grupos como MSCI y Sustainalytics en la plataforma. Y se están asociando para ampliar la oferta, incluida una asociación estratégica con Clarity AI (una start-up de cuantificación de sostenibilidad impulsada por la tecnología líder en el mercado) y la adquisición del Modelo de Escenarios de Cambio Climático de Baringa Partner.
La compañía también ha lanzado recientemente Aladdin Climate, una herramienta que permite a los gestores de carteras y riesgos visualizar análisis ajustados al clima junto con los conjuntos de datos estándar durante su toma de decisiones. Esto se enmarca en la oferta general de Sostenibilidad de Aladdin, que busca ayudar a los inversores a entender e integrar las métricas climáticas y de ESG en todo el flujo de trabajo del inversor. “Tal y como prometimos en 2020, nos hemos empleado a fondo para situar la sostenibilidad en el mismo núcleo de Aladdin y hemos escuchado a nuestros clientes en cada paso y trabajado para satisfacer sus necesidades en este ámbito», destaca.
La coherencia como base de todo
La sostenibilidad no es la única tendencia cambiante entre los clientes que, a su vez, marca la evolución de la plataforma Aladdin. Muchos inversores institucionales y grandes patrimonios, por ejemplo, están comenzando a aumentar sus asignaciones a activos e inversiones de los mercados privados. Y esto está incrementando la demanda de datos más coherentes y de mejor calidad en los mercados, tanto privados como públicos.
“A medida que van creciendo los inversores que incorporan inversiones alternativas a sus carteras, la capacidad para gestionarlas de forma fluida entre las clases de activos públicos y privados en una única plataforma es fundamental”, observa Rob Goldstein, director de operaciones de BlackRock, cuando la compañía anunció la adquisición e integración de eFront, un software de gestión de inversiones alternativas de extremo a extremo y proveedor de soluciones.
Del mismo modo, los clientes también están cambiando su visión acerca de la estructuración de las carteras. “Estamos proporcionando a los inversores la información que necesitan para adoptar un enfoque mucho más estratégico en la estructuración de sus carteras. En el fondo, Aladdin se centra en ofrecer a los inversores datos de presentación de información sobre riesgos comunes, de modo que puedan supervisar adecuadamente los activos y estructurar carteras”, añade Aitor.
Orientación de valor en base a la tecnológica
En última instancia, este hincapié en ofrecer datos coherentes y puntuales a los inversores ha permitido que la plataforma Aladdin de BlackRock conserve su relevancia y orientación de valor.
“Al mejorar constantemente la plataforma, respondiendo a las necesidades del cliente y desarrollando nuestras capacidades, ofrecemos claridad y conectividad al ecosistema financiero mundial. Y al brindar un lenguaje común en todo el proceso de inversión, ayudamos a nuestros clientes a adoptar decisiones más informadas, a crecer de manera eficiente y a lograr mejores resultados de inversión”, observa Aitor, que añade: “así es como la plataforma Aladdin se mantiene un paso por delante”.
En definitiva, Aitor Jauregui está convencido de que la tecnología será clave para gestionar estas y otras tendencias futuras en el sector de la gestión de activos. “Para desarrollar un negocio de gestión de activos a escala es necesaria la tecnología no solo para ser más eficientes, sino también para ofrecer a los clientes y a los inversores la información que precisan de cara a permitirles integrar el cambio que se produce en los mercados. Los gestores de activos de hoy en día realmente necesitan situar la tecnología en el centro”, concluye.
Artículo extraído de Tendencias KPMG